Ante los restos del Samán de Güere, municipio Mariño del estado Aragua, los Círculos Bolivarianos de Venezuela, elevaron el pensamiento del comandante eterno Hugo Rafael Chávez Frías, como una cuarta raíz al fundamento político-ideológico del árbol de las 3 raíces, que hasta ahora estuvo conformado por la corriente filosófica independentista de Simón Bolívar (El líder), el pedagógico y creador de Simón Rodríguez (El maestro) y el soberano y popular de Ezequiel Zamora (El general del pueblo).
Manifiesto de los Círculos Bolivarianos por el Árbol de las Cuatro Raíces
La América debe ser el tronco en el que converjan todas las raíces históricas de los Precursores y de los Libertadores, y sus raíces históricas han de ser el legado y el pensamiento que amalgama el ideario político-filosófico y la práctica transformadora de los autores de tan prodigiosa obra.
Señalaba en su tiempo el poeta cubano José Martí, cuando exclamaba en su prosa, “Insertemos en nosotros al Mundo, pero nuestro tronco ha de ser la América.
A finales de la década de los ochenta y noventa del pasado Siglo XX, en medio de la crisis más aguda de Venezuela, en lo económico, político y social, además de la crisis de soberanía e identidad nacional, Nuestra patria se encontraba al final de un periodo de cuatro décadas de democracia representativa, establecida en el conocido Pacto de Punto Fijo de las elites burguesas y los más connotados políticos de la social democracia venezolana.
Venezuela parecía estar en un laberinto sin salida, la realidad concreta nos presentaba un cuadro de agotamiento del modelo y del sistema capitalista.
En la administración pública se habían alcanzado los niveles más altos de corrupción, servilismo y oportunismo político, que fueron apuntalados por las acciones de reformas políticas y económicas del estado venezolano, con el fin de vulnerar cada vez más nuestra soberanía nacional y acentuar la dependencia neo-colonial, para adecuar al país a las exigencias neo-liberales del imperialismo, establecidas a través de las políticas del FMI y el BM, acompañadas todas por un conjunto de acciones orientadas por el cuerpo de asesores diplomáticos y militares de la CIA y del el Mosad Israelí.
En la administración pública se habían alcanzado los niveles más altos de corrupción, servilismo y oportunismo político, que fueron apuntalados por las acciones de reformas políticas y económicas del estado venezolano, con el fin de vulnerar cada vez más nuestra soberanía nacional y acentuar la dependencia neo-colonial, para adecuar al país a las exigencias neo-liberales del imperialismo, establecidas a través de las políticas del FMI y el BM, acompañadas todas por un conjunto de acciones orientadas por el cuerpo de asesores diplomáticos y militares de la CIA y del el Mosad Israelí.
Los índices de endeudamiento, inflación, acaparamiento, control y desviación de las divisas nacionales a través de la economía de puerto practicada por la oligarquía burguesa y terrateniente tradicional, la corrupción, el clientelismo político, la transferencia de nuestras industrias básicas mediante ventas fraudulentas y los intentos de venta de nuestra principal industria petrolera a las trasnacionales, definían el realismo socio-político de aquella coyuntura.
Los movimientos revolucionarios e insurgentes de izquierda y el intelecto irreverente de la época, se encontraban atomizados, dispersos e impotentes para presentar salidas objetivas y subjetivas a la creciente necesidad de un cambio de rumbo en la dirección que la patria requería.
Para el año de 1.989, el instinto revolucionario y de rebeldía de nuestro pueblo venezolano, se manifestó en medio de una acción insurreccional espontánea pero asistida por la razón histórica, de magnitudes extraordinarias. La población se volcó a la calle a conquistar sus “anhelos de confort”, construidos por las estrategias de la mediática capitalista que inducen al consumismo, sin obviar las necesidades más importantes de nuestro pueblo trabajador que había llegado al límite de la extenuación del salario, La exclusión, la inequidad y la injusticia social se evidenciaban en el hecho de que los hijos de los trabajadores y del pueblo pobre y oprimido de la ciudad y el campo, tenían poco acceso a la educación, sobre todo a las universidades que se habían constituido en verdaderos sistemas de castas y de privilegios, solo conseguían trabajo en la administración estatal y en las empresas públicas y privadas quienes eran recomendados de los partidos de turno, la impunidad era el premio al robo y la corrupción de los delincuentes de cuello blanco, a las cárceles solo iban a parar los hijos de las capas más humildes de la población, la disidencia o manifestaciones de los trabajadores o estudiantes eran severamente castigada con la represión violenta, la desaparición forzosa o la muerte (véanse los casos de Cantaura, Caño de la Colorada, Yumare, entre otros), la política económica de puertos que desangraban todas nuestra divisas a través de las importaciones mantenía estancada la producción agroindustrial nacional y esto a su vez había desolado nuestros campos, Al mismo tiempo, esta explosión social, evidenció el carácter rebelde que trascendió la impotencia de décadas de opresión e ignominia ejercidas por los gobiernos de turno de AD y COPEY en ese período.
Aquel modelo de la democracia representativa refrendado en el famoso “Pacto de Punto Fijo”, que surgió de las élites de la oligarquía integradas por la social democracia y la burguesía tradicional de Venezuela, condujo al país por los caminos de la corrupción y del deterioro ético, vulneró nuestra identidad y soberanía nacional, desvirtuó los objetivos y principios construidos por los libertadores y supremos autores de la nación venezolana, hasta llevarnos al límite de la perdida de nuestra identidad, a la sustitución de nuestros hábitos y costumbres de vivir y convivir en nuestras comunidades. La carga ideológica y patriótica inspirada por los Titanes de América, continuó reducida en el tiempo a las alegorías de las fechas patrias y a las anécdotas de historiadores tarifados por la cultura oficial. Nuestra historia de lucha y de rebeldía patriótica quedo oculta y languidecida en el tiempo.
A finales del Siglo XX, en medio del agotamiento del modelo Republicano en su fase mas desarrollada del neocolonialismo, iniciado en 1.829 por Páez, después de 163 años y al margen de numerosos intentos patrióticos insurrecciónales. En el seno del ejército, insurge nuevamente como un relámpago en medio de la oscuridad, la figura de un hombre que se elevaría al nivel de los gigantes de América, Hugo Chávez Frías, que vendría a dar continuidad al aliento de los autores, Él supo escarbar en la memoria del tiempo y descubrir las raíces históricas del árbol truncado con el tallo roto que como el Ave Fénix levantaría el vuelo desde las cenizas, retoñaría del olvido y de la perdida de la memoria histórica, para convertirse nuevamente en el Proyecto histórico y guía de las acciones transformadoras, heroicas e inéditas de nuestro pueblo por la segunda gesta de la independencia y mas allá aun, por la construcción de socialismo.
En la novela de La Divina Comedia, Dante Alighieri, nos da una evocación sublime de la vida arraigada en el esplendoroso verdor del proceso de la naturaleza, cuando nos dice que, “El Árbol de la Vida es Verde”. Chávez con una gran muestra de creatividad nos conectó con nuestro pasado heroico a través del conceptual y al mismo tiempo simbólico arquetipo del “Árbol de la Tres Raíces”, que todavía muchos las buscan enterradas en el suelo, pero para Chávez y nuestro pueblo, era el reencontrarnos de nuevo con el proyecto original de nuestra América que estuvo enajenado de nuestra historia y sumergido en lo más profundo del inconsciente colectivo, de donde había de emerger y despertar al gigante dormido para seguir acometiendo con grandes hazañas, la construcción de la más grande republica de la inclusión, de la igualdad y de la justicia social.
La ciega ambición y la traición de los atomizadores de la Gran Colombia, (Santander, Páez y Flores) alentada por los intereses Norteamericanos, congeló la primera independencia en el tiempo, pero el pensamiento de los Autores quedo latente, fluyendo por las raíces del árbol de la Revolución. Bolívar con su pensamiento, todavía tiene mucho por hacer en América, su ideario no tiene fronteras y trasciende más allá de nuestras latitudes. La influencia socialista utópica de Simón Rodríguez (Robinson), caracterizada por el predominio de un método crítico, Reflexivo y del discernimiento que le confiere al autor, el desarrollo de un modelo de ideas inspiradas en el hecho concreto de la originalidad, de donde surge la interrogante problematizadora: ¿Dónde iremos a copiar modelos?, reafirmando así, el concepto de “inventamos o erramos”, para plantear que originales han de ser sus instituciones y su gobierno, Y originales los medios de fundar uno y otro. En torno a esto, nos refiere José Carlos Mariátegui en su época, Ni copia ni calco, nuestra América ha de ser original.Luego en un tiempo histórico más cercano en 1958, tenemos la acción insurreccional de un hombre llamado Ezequiel Zamora, el General de Hombres Libres que lanzo sus consignas, “Tierras y Hombres libres”, “Elección popular” y “Horror a la oligarquía” en un intento de encadenamiento histórico de la acción emancipadora y de independencia nacional de los libertadores de América.
Muchos han sido los afanes de numerosos patriotas que emprendieron a lo largo del Siglo XX, combates y acciones insurreccionales con ideas libertarias y de luchas de liberación nacional como las emprendidas contra la tiranía del gomecismo, contra la dictadura de Pérez Jiménez, claros ejemplos fueron las insurrecciones de la lucha armada de los años 60, que dejo una inmensa secuela de mártires y desaparecidos que todavía hoy en día permanecen en el anonimato y en la impunidad y que bien merecidos tienen nuestro reconocimiento histórico.
En la acción insurreccional del 04 de Febrero del año 1.992, el comandante Chávez se presento al país en una actitud de responsabilidad histórica con su célebre POR AHORA, aunada esta conducta con la presentación de una serie de propuestas y proyectos, abrió las perspectivas de restituir la continuidad histórica del proceso por la segunda independencia, unificando simbólicamente en una trilogía de pensamientos a Bolívar, Robinsón y Zamora, para presentarlos como el “Árbol de las Tres Raíces”,
La fuerza de esta simbología aunada al carácter dirigente del comandante Chávez, fue el arquetipo detonante de todas las fuerzas atávicas reprimidas por muchas generaciones de oprobio e ignominia, que de inmediato se liberaron y permitieron el inicio de grandes cambios para Venezuela.
De inmediato y en lo sucesivo del tiempo fueron presentadas al país, propuestas como “El Árbol de las Tres Raíces”; “Un Brazalete Tricolor”, “La Agenda Alternativa Bolivariana”; “Un Programa para Salir del Laberinto”; “El Libro Azul”; “La nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”, y numerosas leyes de vital importancia como son: La nueva Ley de Tierras; de Hidrocarburos y Minas; de Educación Básica y de Universidades; de Catastro Nacional; de Espacios Acuáticos; de Pesca; de Ambiente, sin dejar de reseñar las leyes Orgánicas del Poder Popular entre otras, que suman 226 Leyes, así como, los aportes en las “Cinco Líneas Estratégicas”, “El Proyecto Nacional Simón Bolívar para el Desarrollo Económico y Social de la Nación 2007-2013”, “El Plan Patria 2013-2019” y el corolario de su legado expresado en el “Golpe de Timón”.
Darle correcto sentido estratégico al legado del Comandante Chávez, es tarea de todo compatriota revolucionario, Sus aportes definidos en el ideario patriótico, anti-imperialista, anti-capitalista y socialista, mas allá de re-encontrarnos con nuestra memoria histórica colectiva, trae de nuevo a nuestros tiempos, las tareas y objetivos históricos que han estado pendientes por alcanzar en las luchas emancipadoras y de liberación nacional que quedaron congeladas en el tiempo y casi borradas de nuestra memoria. Su pensamiento como legado y Raíz histórica, nos enseña que las tareas por la independencia o liberación nacional, son en nuestros tiempos, imposibles de realizar bajo la conducción de la pequeña o gran burguesía comercial y agraria que se han convertido en verdaderos enclaves oligárquicos trasnacionales, que tienen sus intereses asociados a la gran burguesía imperialista dueña de los complejos tecnológicos e industriales del planeta.
Son estas razones, resumidas en esta breve reseña histórica, las que nos dan los suficientes argumentos para proclamar en el día de hoy 02 de Agosto de 2014, en este sitio histórico del Samán de Guere en Turmero Maracay, a Hugo Rafael Chávez Frías como la nueva Raíz Histórica del Árbol de la Revolución y por lo tanto “El Árbol de las Cuatro Raíces”, queda integrado por Bolívar, Rodríguez, Zamora y Chávez.
Los Círculos Bolivarianos de Venezuela, asumimos como legado y legatarios de este ideario, el compromiso de defenderlo y promoverlo en la teoría y en la práctica por nuestras futuras generaciones y por la construcción del socialismo.
Por el Secretariado Nacional:
José Pereira, Vocero de Organización y Formación Política.
Juramos defender la Revolución Bolivariana…!
Hoy en este cálido lugar de la parroquia “Samán de Güere”, municipio Mariño del estado Aragua cuna de la revolución bolivariana, donde reposan restos de ese samán que no sólo acobijó bajo las sombras de sus ramas a quien fuera nuestro Libertador de América “Simón Bolívar”, sino que sirvió también, de inspiración a nuestro segundo libertador “Hugo R. Chávez Frías” para jurar acabar con las cadenas de la opresión capitalista y neoliberal que ha ahogado y sigue ahogando en estos momentos nuestra política económica y por ende a nuestra sociedad. Hoy, elevamos no sólo al Dios todopoderoso sino también a nuestras autoridades y a nuestro pueblo, el deseo colectivo de este movimiento aunado al del Partido Socialista Unido de Venezuela incorporar al árbol de las 3 raíces: Bolívar, Rodríguez y Zamora, el pensamiento libertario, anticapitalista, antiimperialista, humanista, integrador, socialista y feminista de Hugo Rafael Chávez Frías, quien ha trascendido la historia no sólo de este noble país, sino que ha estimulado con su gran vocación de lucha liberadora la transformación de la historia de nuestramérica y por qué no decirlo, de la historia universal. Ese hombre, inspirador de luchas sociales, de amores fraternales, de bellos grafitis y cuadros, de musas poéticas, así como de odios por parte de una obcecada y malévola oposición que no ha descansado desde hace quince años en querer acabar con todos esos sueños de un pueblo que se ha visto liberado y visibilizado a través de la única vía para la máxima felicidad como lo es el socialismo, será en esta proclama, parte no sólo de esa estructura y fundamento ideo-político como lo es el árbol de las 3 raíces, sino a la vez, el padre creador de ese socialismo adaptado a nuestras realidades autóctonas, endógenas y modernas, como lo es el socialismo de este siglo XXI y será por doscientos años más, así como Bolívar, el gran inspirador a mantenernos en la vanguardia y en la defensa de nuestras riquezas, de nuestros valores, de nuestros sueños y por ende, de nuestra Patria. Él bien lo dijo: “Que nadie se equivoque, hoy tenemos Patria” y nosotros y nosotras desde los Círculos Bolivarianos de Venezuela, movimiento génesis y genuino de este proceso y de las causas justas y revolucionarias emprendidas por el comandante eterno, por y para la Patria, pero a la vez, blanco de ataques por parte no sólo de esa minúscula y venenosa derecha y su canalla mediática, sino también por los pseudo-revolucionarios y quinta columnas enquistados en el proceso revolucionario, quienes nos han visto y nos ven como enemigos cuando no nos hemos prestado para aprobar sus prácticas ilegales y delictuales, juramos también ante los restos de este vetusto samán: Seguir coadyuvando en la elevación de la conciencia social ciudadana y ecológica en sintonía con el Plan de la Patria Bolivariana; juramos a través de la contraloría social, acabar con la corrupción, el burocratismo, la negligencia, el nepotismo, la ineficiencia y otros antivalores insertos en muchas instituciones del estado; juramos seguir velando por el respeto hacia nuestros símbolos patrios, hacia nuestra idiosincrasia y hacia nuestra patria; juramos defender nuestra patria de fuerzas malévolas internas y externas que quieren acabar con nuestra revolución; juramos seguir defendiendo nuestra soberanía, nuestra revolución bolivariana, nuestra nacionalidad, nuestra integridad territorial y nuestra auto-determinación como pueblo soberano; juramos seguir trabajando con el mismo tesón desempeñado hasta ahora por construir una nueva sociedad y, finalmente, juramos no descansar hasta acabar con la transición que está carcomiendo el mismo proceso revolucionario y luchar contundentemente para que se implemente y consolide a lo ancho y largo de este vasto país, el sistema que el comandante supremo quería: nuestro socialismo del Siglo XXI.
Lo juramos…!
Emalida Viloria, Vocera Nacional de Comunicación e Información de los Círculos Bolivarianos de Venezuela.
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