Compatriota, camarada y amigo William Lara, has cambiado de paisaje sin previo aviso ¡Qué vaina! La patria buena que te dio el ser y esta Revolución bonita que alentó todos tus sueños y desvelos pierden –en dolorosa contradicción del absurdo- uno de sus imprescindibles. Porque si fuiste buen hijo, buen hermano, buen esposo, buen padre y buen amigo toda la vida, fuiste irreductiblemente revolucionario de todos los días.
Leal hasta el sacrificio, tu accionar y tu acompañamiento solidario, inteligente y fraterno fue siempre tu distintivo. Todos y todas te recordaremos siempre batallando sin esconder el pecho. Las revoluciones paren dolorosamente sus mártires. Tú, William, amigo, serás siempre para todos y todas un signo pleno de los mejores ejemplos revolucionarios.
Te has sembrado amigo, en tu propia tierra, luchando por tus sueños, sin desperdiciar un solo minuto, con tu ejemplo y de tu ejemplo viviremos a lo largo del tiempo. Has cambiado de horizonte pero te quedas para siempre en el corazón de tu pueblo, en cada uno y cada una de nosotros y nosotras que tuvimos siempre en ti el ejemplo de honestidad, de lealtad heroica, de talento con probidad, de solidaridad militante, de lucha de todos los días. Rendimos tributo a tu memoria y tu ejemplo, y te prometemos –al modo de tu ejemplo- “ser cada día un pilín mejores y un poco menos egoístas”
¡Gloria a William Lara!
¡Patria Socialista o Muerte!
¡En tu nombre…VENCEREMOS!
Martín Guédez
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